La percepción de nuestro ojo disminuye según aumenta la velocidad a la que circulamos.
Aunque no nos percatemos, nuestro campo y percepción visuales están condicionados por un factor como la velocidad. Y es que lo percibido a través de nuestras retinas se vuelve más difuso, y necesitamos más tiempo para hacerlo, a medida que aumenta la velocidad a la que circulamos.
Según recoge un estudio de Gestión de la Velocidad de la OCDE y ECMT, a una velocidad reducida de 35 km/h el campo de visión normal de un automovilista abarca un ángulo de 104º en horizontal y unos 110º en vertical. Este ángulo permite al conductor controlar cierto espacio lateral durante la conducción. Se trata de un campo de visión determinado para una persona que no tenga ningún condicionante de salud, o externo, que le limite la visibilidad, como puede ser el consumo de alcohol o drogas.
Sin embargo, el efecto túnel afecta a nuestro campo de visión. Se denomina así porque según pisemos más el acelerador, el ángulo de visión del que hablábamos se irá reduciendo hasta el punto de limitarnos visualmente como si circulásemos dentro de un túnel y difuminando, de algún modo, nuestra percepción de los laterales. Por todo ello, es fácil entender que dicha pérdida de información visual puede interferir en nuestra conducción y comprometer la seguridad en la carretera.
Sobra decir, por lo tanto, que es recomendable conducir a una velocidad adecuada: prudente. Aquella que nos permita reaccionar ante cualquier imprevisto en función de las condiciones de la vía. Del mismo modo, nuestro coche debe de estar siempre en perfectas condiciones de mantenimiento mecánico, acudiendo regularmente a las preceptivas revisiones en el taller, para que siempre que lo necesitemos responda adecuadamente a nuestras necesidades.
El efecto túnel limita la visión periférica
Si en lugar de a 35 km/h circulamos a 65km/h el campo visual se reduce de 140º hasta 70º, mientras que a 100km/h el ángulo de visión periférica disminuye hasta los 42º. Cuando alcanzamos los 130km/h, el ángulo sólo alcanza los 30º, momento en el que se produce el efecto túnel y dejamos de percibir los elementos que están a los lados de la vía como las señales o los animales.
A partir de esta velocidad la visión es todavía más deficiente, con lo que si sumamos las inclemencias meteorológicas o la falta de luz, la falta de visibilidad puede ser un verdadero riesgo.
En Taller XXI sabemos lo importante que es cuidar el mantenimiento de tu coche para que viajes seguro. Y más en concreto la capital importancia que tiene mantener a punto los sistemas de iluminación y visibilidad del automóvil para asegurarnos de ver y ser vistos en la carretera. Revisar tus faros y escobillas limpiaparabrisas te permitirá disfrutar del viaje. ¡Te esperamos!