Los discos de freno son un elemento fundamental que sirve para conseguir que la rueda frene gracias a la resistencia que estos ejercen al presionar el pedal.
La potencia de frenada de nuestro coche determina también la distancia de frenado a la que puedo circular, un factor esencial para evitar riesgos, con lo cual un buen mantenimiento del sistema de frenado nos garantizará una mejor conducción.
Por eso mismo, aunque es una pieza preparada para el desgaste con el paso del tiempo es un elemento que sufre y que debe reponerse cuando detectemos que no se encuentran en buenas condiciones.
Un cambio a tiempo de las pastillas protege a los discos de freno
Para controlar que el desgaste no compromete nuestra seguridad conviene revisarlos siempre que hagamos un cambio de pastillas, de tal manera de que nos aseguremos que el disco de freno aún continúa en buen estado. Hay que tener en cuenta tanto el grosor del disco y las deficiencias como fisuras, roturas, rayados o curvaturas.
Por lo general los discos traseros duran más que los delanteros al no tener que sufrir el peso que el coche supone con la inercia de la frenada.
Cuando notemos que durante la parada se producen ruidos y vibraciones conviene revisar el sistema de frenado. Un cambio a tiempo de las pastillas puede evitar que se deterioren también los discos. Generalmente cuando las pastillas se desgastan, un testigo de desgaste en el panel del coche se activa.
Hay que tener en cuenta que dependiendo del tipo de conducción que se realice tanto las pastillas como los discos sufrirán más o menos. En el caso de conducir habitualmente por ciudad estas piezas tenderán a desgastarse mucho antes que si se trata de una conducción habitual por carretera.
En cualquier caso recuerda que en tu Taller XXI de confianza sus profesionales ponen a tu disposición sus conocimientos para que el mantenimiento de tu coche sea el adecuado y mantenga siempre una conducción eficaz.