Con el mercurio disparado son muchos los componentes y sistemas de los vehículos que sufren un desgaste ‘extra’.
Con el mercurio disparado, son muchos los componentes de los vehículos que sufren un desgaste ‘extra’, por lo que la utilización de recambios de calidad que sean capaces de soportar es fundamental para mitigar los efectos del calor en el automóvil, tal como recuerda la iniciativa Elige calidad, elige confianza.
Por nuestra parte, desde Taller XXI te recordamos la importancia que tiene mantengas tu coche a punto, ya que un mantenimiento responsable reduce las posibilidades de avería. Y es que uno de los primeros perjudicados por las altas temperaturas es el motor, que sufre pérdida de potencia. Con temperaturas superiores a los 35ºC, el motor puede perder hasta 15 CV.
Esto es debido a la menor oxigenación del aire caliente –con lo que el rendimiento del motor decae- y al sobreesfuerzo que debe realizar el sistema de refrigeración para enfriar el motor –lo que también le resta algo de potencia-, así como por el aire acondicionado, cuyo compresor es accionado directamente por el motor.
Por otro lado, el calor provoca una menor efectividad en el frenado. Así, las pastillas de freno alcanzan elevadas temperaturas —mayores aún en verano— al rozar contra el disco. Este sobrecalentamiento puede provocar una disminución en la capacidad de frenado, la reducción de la vida útil del líquido de frenos e incluso la deformación del disco.
Asimismo, las altas temperaturas producen un mayor desgaste de los neumáticos, pues un asfalto más caliente provoca que las ruedas se sobrecalienten. Si la presión es baja, el dibujo se desgastará, acortando su vida útil.
Otra de las consecuencias de la exposición al calor excesivo es el desgaste de las escobillas limpiaparabrisas. Al igual que el frío, el calor es un poderoso enemigo de sus gomas, que pueden llegar a sufrir un deterioro irreversible en verano.
De igual forma, la carrocería del coche sufre las consecuencias de la sobreexposición al sol, que se puede traducir en una pérdida de brillo y color en la pintura. También afecta al interior del habitáculo: sobre todo a la tapicería.
Por último, también cabe señalar que el calor hace aumentar el consumo de carburante ligeramente. Además, el aire acondicionado también consume combustible (aunque es mejor que llevar las ventanillas abiertas, sobre todo a altas velocidades).
En Taller XXI trabajamos para que tu vehículo esté siempre en perfecto estado y pueda superar sin problemas los rigores del verano y del invierno. Confía en los talleres de nuestra red siempre que tu coche necesite cualquier reparación o mantenimiento.