Es posible que nunca te hayas parado a pensar sobre ello: los primeros automóviles no podían circular marcha atrás. Para poder disfrutar de este “hito” en la historia del automóvil hubo que esperar al año 1887. Serían los alemanes, como en el caso de tantas otras invenciones en el motor, los primeros en poner en marcha semejante innovación, firmada por el legendario Karl Benz.
Para incorporar esta funcionalidad a sus modelos, Benz instaló en uno de sus automóviles el primer cambio con dos marchas: hacia adelante y hacia atrás. Aunque de forma rudimentaria aún, este nuevo desarrollo, bautizado como Kripto, cumplía su función y permitía solucionar uno de los problemas de los primeros automóviles: la escasa potencia de sus motores al iniciarse la marcha.
De este modo, Kripto conseguía, gracias a sus engranajes, aumentar la fuerza del automóvil en el arranque con el simple gesto de cambiar la marcha y, de paso, poder circular marcha atrás.
El éxito de este desarrollo corrió como la pólvora, y pronto otros constructores de automóviles como Wilhelm Maybach y Gottlieb Daimler instalaron similares mecanismos en sus nuevos modelos.
No obstante, fue una opción que el cliente tenía que encargar de manera específica en los primeros años tras su lanzamiento. No sería hasta 1905 cuando su uso se generalizaría en la mayoría de modelos que salían de las plantas de montaje. Un invento, sin duda, que otorgó un plus de comodidad a la conducción.
A ninguno se nos ocurriría conducir un coche sin marcha atrás, ¿verdad? Pero tampoco deberíamos de acostumbrarnos a utilizar un automóvil en el que sus elementos de dirección, embrague, suspensión y frenos no estuvieran a punto. ¿Cuándo fue la última vez que pasaste por tu taller? Quizás vaya siendo hora de hacer una visita a los profesionales de tu TallerXXI para poner el coche a punto. ¡Te esperamos!