Ése es el objetivo de Bosch: desarrollar una tecnología para los automóviles que detecte y evite el atropello de aquellos peatones que atraviesan, de improviso, la calzada. La compañía alemana ha anunciado que espera poder iniciar la producción de este sistema durante el año 2018.
¿En qué consistirá la tecnología para evitar atropellos? Se equipará al coche con una cámara estéreo que monitorizará tanto a peatones como al tráfico rodado. La información visual captada por la cámara servirá para que un software prediga la trayectoria más probable de cada peatón y vehículo, en función de su velocidad y la dirección que están tomando, y, por tanto, cuándo podría ocurrir una colisión.
Entonces, cuando detecta esa probable colisión, ¿el sistema toma el control del vehículo para salvar el accidente? No. El coche no decide por el conductor. Si éste inicia alguna maniobra para evitar el fatal desenlace, el sistema actuará dando asistencia de dirección y frenado. Así, el responsable de las decisiones sigue siendo el propio conductor, no el fabricante del vehículo.
¿Por qué no es la máquina la que decide? Es un interesante debate del que hablaremos mañana.