Hoy se estrena en España la vigesimocuarta película de James Bond (o la vigesimosexta, si contamos las cintas apócrifas), Spectre, protagonizada por Daniel Craig y dirigida por Sam Mendes. La excusa es perfecta para recordar por enésima vez, sin miedo al hastío que pudiera suponer, la relación entre el agente 007 y los automóviles.
En Spectre, veremos una gama de vehículos británicos difíciles de igualar: un espectacular Jaguar C-X75, diversos Land Rovers y Range Rovers, y al espía al volante de un coche muy especial, un Aston Martin DB10, un deportivo diseñado exclusivamente para la película, del que se han creado 10 unidades sólo para la filmación.
Como es habitual, todo un despliegue de coches llamativos, puro lujo 007. Pero, con frecuencia, James Bond ha conducido coches más especiales, quizá no de tan alta gama, pero tanto o más vistosos que los de su última película. Repasemos algunos de los automóviles más raros del espía británico.
Moon Buggy, un vehículo lunar con chasis de VW Beetle. Lo conduce Sean Connery en Diamantes para la eternidad.
Un AMC Matador que vuela. El villano huye de Roger Moore en El hombre de la pistola de oro.
Lotus Esprit S1, Wet Nellie, con opción submarina. Otro vehículo curioso de Roger Moore en La espía que me amó.
El coche es casi lo de menos (BMW 750iL). Pierce Brosnan lo conducía con un móvil Ericsson en El mañana nunca muere. Sí, sí, con un móvil Ericsson.
Por fuera parece un Aston Martin V12 Vanquish normal, pero por dentro lleva dos metralletas, misiles ... y se hace invisible. Todo eso en Muere otro día.
Pero por mucho que se esfuercen, ninguno puede superar al coche insignia de James Bond: el Aston Martin DB5. Si se puede superar a Sean Connery como James Bond ya es otro debate.