Cada vez son más las excusas para no ir andando de un lugar a otro. Una de esas opciones para desplazarse sin esfuerzo que más éxito está cosechando es la bicicleta eléctrica. Está en todas partes. Hay ayuntamientos que las han incorporado a su flota de bicicletas de préstamo. Ha venido para quedarse.
El último avance tecnológico para este vehículo consiste en emplear baterías de hidrógeno. Esto es, al menos, lo que plantea la compañía francesa Pragma Industries, de Bidart (cerca de Biarritz). Van a comercializar la primera bicicleta eléctrica con pila de combustible de hidrógeno, la Alpha Bike, un vehículo de materiales ecológicos, de suficiente autonomía y una rápida carga.
La batería, integrada en el cuadro de la bicicleta, utiliza el hidrógeno para crear electricidad, apenas deja rastro de carbono y sólo emite agua como residuo. Tiene una autonomía de 100 kilómetros y sólo necesita 5 minutos para una nueva carga, frente a las 3 o 4 horas que requieren este tipo de vehículos.
Las propias estaciones de carga están pensadas desde el respeto ecológico: utilizan la energía eólica o la solar para cargar las baterías.
¿El precio? Rondará los 2.300 euros. La producción no comenzará hasta 2016, con 100 unidades.